martes, 8 de abril de 2008

El perro que habla en el barrio UJEMVI



Dicen que el barrio UJEMVI de Las Heras está lleno de personajes (los hay de todo tipo), pero sin dudas que el más extraño de todos es Felipe Leopoldo Crisantemo.
Como su apellido lo dice vive en la calle Crisantemo, entre el boulevard del almacén del Alejandro y la segunda calle paralela al Acceso Norte.


Todo comenzó una fría noche de agosto de 2006, en un locutorio situado en la calle Los Crisantemos del barrio UJEMVI de ese barrio de Las Heras. Allí estaban Mario y Graciela. El perro aguardaba a ella en las afueras del local. Cuando la pareja salió, el choco empezó a gesticular voces extrañas, que según publicó más tarde el cronista ClonAldo, en el periódico Quinto Poder Journal, se trató de un dialecto ruso "enriquecido por la bravura ilegible del vodka", según testimonios también de Alejandro Trapo -es decir, dos testimonios "a la vez" (¡pero qué dicee!).


Esa noche, el perro la pasó en la calle. Y así sería en los días sucesivos. De nada sirvió el esfuerzo solidario de líderes piqueteros o de la mismísima Vinchuca Comunista para salvarlo del frío y el abandono. Sin embargo, ClonAldo hizo una profunda investigación sobre el origen del "perro que habla" y descubrió la verdadera historia: Felipe apareció en el Barrio Ujemvi a las 04.00 de un día de mayo de 2006. El hermano de Mauro -un vecino de la calle Los Crisantemos- fue quien lo encontró y su mamá, quien le puso el nombre. Desde ese entonces es que vive bajo techo.


Dicen que pronto empezó a hacerse famoso, no sólo por sus correrías en la cuadra, sino además por hacer valer su presencia en el negocio del "Alejandro". Los vecinos empezaron a darle trocitos y de ese modo, Felipe fue ganándose el cariño del barrio.
Hoy todos lo conocen como "el perro que habla".