martes, 6 de marzo de 2007

Las huellas del Unicornio


No se puede contar mucho de esta leyenda. Aún dudo que sea una leyenda. Puede serlo para quien lo cuente con una pasión ebriagadora (son esas palabras que se necesitan inventar para que la imaginación encaje con lo que se quiere transmitir).

En el sector este del cerro de la Gloria, bajando desde la cumbre, encontrarán una línea semicurva de unos seis metros de extensión. Si se detienen a mirar para buscar una segunda lectura, encontrarán más: un círculo caracolado de tierra.

"Así de simple como se ve, eso es una cábala de amor", sostiene el arquitecto Lalo Bermúdez Orejuela. Consultado sobre el tema, el arquitecto logró mantenerse firme, en sus cabales, para explorar más el sentido de la hipótesis que acababa de lanzar:

"Dicen que esta línea es una cábala de amor, hecha por un unicornio que se aparece cada cuarto menguante".

Con un vaso de vino todo es posible en Mendoza, quise decirle, pero lo dejé seguir: "Vea amigo, vea amiga, en Supervea siempre con las mejores ofertas...ocurre que nunca nadie lo podrá ver porque el día (o la noche) que el unicornio se deje ver por alguien, muchos corazones perderán la vida sentimental. Esa línea circular que describe es un sinfin de la conclusión de historias inconclusas de amor, que suceden a cada rato, ¿entiende?".

Antes de que yo se lo pidiese, el mismo arquitecto escribió con su voz el punto final de esta historia y se fue caminando por el camino de bajada del cerro.


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